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Todo lo que hay que saber sobre los ligamentos de la rodilla

Martes 12 de noviembre de 2013

Las lesiones de la rodilla son un clásico, tanto para quienes hacen deporte como para los que no. Es que la articulación de la rodilla es una suerte de “bisagra” en la cual el fémur se une con la parte superior de la tibia. Ambos huesos están recubiertos por cartílago en la parte articular, que es en la cual se relacionan con los otros huesos de la rodilla.

Por otro lado, el hueso del fémur y el de la tibia están conectados por cuatro ligamentos principales: el lateral, encargado de evitar que la rodilla se doble hacia afuera; el interno que cumple la misma función pero previniendo el movimiento “hacia adentro”; el ligamento cruzado anterior que evita que la tibia se desplace hacia adelante, y controla la rotación de la rodilla; y el ligamento cruzado posterior que procura que la tibia no se deslice por detrás del fémur.

“Además de estos ligamentos, la rodilla está compuesta por  dos meniscos (uno externo y uno interno), que tienen la función de controlar la rotación y la estabilidad, además de garantizar la transmisión y dispersión de la  fuerza del peso, y procurar que el fémur ‘encaje’ con la tibia”, postuló el Dr. Eliseo Firman, médico del staff de Ortopedia y Traumatología del Hospital Universitario Austral (HUA).

“La ruptura de un ligamento, que puede ser parcial o completa, puede estar asociada a la lesión de otro componente de la rodilla, porque la estabilidad no depende sólo de los ligamentos sino también de otros elementos musculares. Esto explica, por ejemplo, que una rodilla sea laxa pero estable, o la inversa: inestable sin ser laxa”, agregó.

En cuanto a las causas, uno o más ligamentos pueden romperse por un golpe directo a la rodilla, o bien por una parada rápida, combinada con un cambio de dirección. Esto suele ocurrir cuando se está corriendo, girando, aterrizando de un salto, o extendiendo demasiado la articulación de la rodilla.

“Generalmente las lesiones de ligamentos se producen cuando los huesos de la rodilla se tuercen en direcciones opuestas, soportando el peso del cuerpo. En ese momento puede escucharse un ruido, y además tener sensación de inestabilidad o falla de la marcha”, refirió el especialista.

Al momento de examinar la rodilla, el traumatólogo suele advertir inestabilidad, dolor severo e inflamación dentro de las 6 hs posteriores a la lesión.

“Buscando calmar el dolor el paciente puede llegar a una posición de semiflexion, con hematoma visible o no. Obviamente, esto genera en el paciente una ‘sensación de inseguridad’. Concretamente, siente que la rodilla ‘se corre’ o falla”, detalló el Dr. Firman.

Para corroborar la lesión, el examen por parte del especialista debe complementarse con la realización de radiografías y una resonancia magnética.

Por otro lado, hay que cumplir algunos pasos, entre los que se cuentan:
-Colocación de una férula.
-Colocación de hielo.
-Elevación del miembro lastimado.
-Ingesta de analgésicos y antiinflamatorios.
-Cese de la actividad física.

Finalmente, al ser consultado sobre los tratamientos, el Dr. Eliseo Firman sostuvo: “La fisioterapia y la kinesiología pueden ayudar a recuperar la movilidad de las articulaciones y la fortaleza de las piernas. Por su parte, en los casos quirúrgicos, se planifica la reconstrucción del ligamento afectado, para lo cual se realizan técnicas artroscópicas en las que se utiliza una porción de tendón extraído de otra parte del cuerpo y se lo sitúa mediante túneles que realiza el cirujano en el hueso”.

Este nuevo ligamento se fija al hueso con tornillos u otros dispositivos, para mantenerlo en el lugar apropiado. Con el paso del tiempo, los túneles del hueso se llenan, y se asegura mejor la fijación del nuevo ligamento.

“La decisión de este tratamiento depende de varios factores como la edad, la actividad general, la actividad laboral y deportiva, y el grado de inestabilidad de la rodilla. Muchas veces, una ruptura de ligamento puede ser compensada por otros músculos como el cuádriceps y los isquiotibiales, pero esto dependerá de cada caso en particular. Algunas personas pueden vivir y desempeñarse normalmente con un ligamento roto; sin embargo las rupturas de ligamentos no reparadas pueden llevar a un mayor daño de la rodilla”, completó el Dr.

Contacto:
*Dr. Eliseo Firman
Médico del staff de Ortopedia y Traumatología
Hospital Universitario Austral
EFIRMAN@cas.austral.edu.ar

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