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06 Ago 2025

Próstata: por qué el control no puede esperar

El cáncer de próstata es el más común entre los varones en Argentina y el tercero más letal. Cuanto antes se detecta, más altas las probabilidades de curación.

Cuando de cáncer de próstata se trata, no son pocos los hombres que llegan tarde al diagnóstico. Y no por falta de recursos, sino por miedo, incomodidad o desinformación. “A los varones que no se hacen controles por vergüenza o miedo al tacto rectal, les diría: ¡No teman! Es una técnica muy simple, que solo toma unos minutos y que se realiza en un ambiente privado con el máximo respeto por su dignidad y confort. E incluso en los pacientes que se niegan a este procedimiento, existe la posibilidad de hacer otro tipo de estudio como la resonancia, en caso de que sea necesario”, señala la doctora Carolina Passarella, médica oncóloga del Staff de la Clínica de Tumores de Piel y de Tumores Genito-urinarios del Hospital Universitario Austral.

Lo cierto es que el cáncer de próstata es el más frecuente entre los varones en Argentina y el tercero más mortal, después del de pulmón y el colorrectal. Representa el 18 % de todos los tumores malignos en hombres y el 9 % del total de tumores diagnosticados en el país. Cada año se registran más de 11.000 casos nuevos, y se estima que uno de cada siete hombres lo desarrollará en algún momento de su vida.

Como su nombre indica, esta patología afecta a la próstata: una glándula del aparato reproductor masculino, del tamaño y la forma de una nuez, ubicada justo debajo de la vejiga. Su función es fabricar el líquido seminal que nutre y transporta los espermatozoides. “El principal factor de riesgo es el paso del tiempo: la frecuencia de esta enfermedad aumenta a medida que se envejece”, explica la doctora Passarella. La edad promedio de diagnóstico es 67 años, pero la prevención no debería esperar tanto. Detectado a tiempo, el cáncer de próstata tiene altas probabilidades de tratamiento exitoso.

Próstata: por qué el control no puede esperar
El cáncer de próstata es el más común entre los varones en Argentina. Detectado a tiempo, tiene altas probabilidades de tratamiento exitoso.

El enemigo silencioso

En sus primeras etapas, esta enfermedad no suele dar síntomas. Cuando ya está más avanzada, sí puede provocar dolor óseo, dificultad para orinar, pérdida de peso y deterioro del estado general. Para evitar llegar a ese punto, el control regular es clave. “La recomendación es que todos los hombres a partir de los 50 años se realicen un análisis de sangre que detecta el PSA (una proteína producida por la próstata) y un tacto rectal para evaluar la glándula prostática”, detalla la especialista.

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Si hay antecedentes familiares directos de cáncer de próstata, los controles deben comenzar antes, aproximadamente a los 40 años”
Dra. Carolina Passarella, oncóloga del Hospital Universitario Austral.

¿Y si el PSA está elevado? “Si el PSA es mayor de lo esperado para la edad, y se descartan otras causas de elevación como inflamaciones prostáticas, se ampliarán los estudios y se evaluará la necesidad de una biopsia prostática, que es la prueba que confirma el diagnóstico. Si el PSA es normal, la frecuencia de los controles varía según el valor, repitiéndose entre 1 y 2 años”, explica la doctora Passarella. 

Por lo demás, aclara que el paso del tiempo no es el único factor a tener en cuenta. La genética también tiene peso. “Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que son muy agresivas, incrementan el riesgo, especialmente en varones de ascendencia judía asquenazí, sueca e islandesa”, señala la experta. También los varones afrodescendientes presentan una mayor incidencia y, muchas veces, una evolución más agresiva. Otro elemento a considerar es la alimentación: una dieta rica en grasas animales ha sido recientemente asociada al desarrollo de esta enfermedad.

Próstata: por qué el control no puede esperar
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez, ubicada justo debajo de la vejiga, cuya principal función es producir el líquido seminal.

¿Qué hay de nuevo?

Aunque el tacto rectal sigue siendo una herramienta fundamental en la evaluación inicial del cáncer de próstata, la medicina avanza en el estudio de nuevas tecnologías. “La resonancia multiparamétrica de próstata no reemplaza al tacto rectal, pero puede aportar información valiosa en la evaluación del riesgo, especialmente cuando el PSA está elevado”, explica la oncóloga. “En algunos casos seleccionados, como ante la negativa del paciente a realizar el tacto rectal, puede ser una opción complementaria para definir la necesidad de realizar una biopsia prostática, aunque su uso generalizado todavía está limitado por cuestiones de costo y disponibilidad”.

Desde el punto de vista médico, los principales desafíos son “identificar el cáncer de próstata en sus etapas más tempranas; minimizar el tratamiento excesivo en los casos de bajo riesgo; reducir los efectos secundarios del tratamiento que afectan la calidad de vida; integrar la información genética para personalizar el tratamiento; y asegurar que todos los pacientes diagnosticados tengan acceso a tratamientos de alta calidad, como los que ofrece el Hospital Universitario Austral”, en las precisas palabras de la doctora Passarella. Que concluye subrayando que, “aunque hubo muchísimos avances en los últimos años, todavía queda por aprender; por ejemplo, biomarcadores que nos permitan distinguir entre cánceres indolentes y agresivos”.

Próstata: por qué el control no puede esperar
Carolina Passarella, médica oncóloga del Staff de la Clínica de Tumores de Piel y de Tumores Genito-urinarios del Hospital Universitario Austral.
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