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06 Nov 2025

Menopausia: por qué el corazón también necesita control

Con la menopausia, la caída de los estrógenos modifica el metabolismo, redistribuye la grasa y debilita la protección natural de las arterias. Qué controles y hábitos ayudan a cuidar el corazón en esta nueva etapa.

Durante años, la menopausia se redujo a la imagen recurrente de los sofocos, el insomnio, los cambios de humor. Pero mientras el cuerpo se adapta a esta nueva etapa de la vida, ocurre algo más silencioso —y más profundo— que pocas veces se nombra: el riesgo cardiovascular. Algo que se debe, en gran medida, al descenso natural de los estrógenos: hormonas que, además de regular el ciclo menstrual, intervienen en la salud cardiovascular, ósea y metabólica de las mujeres.   

“Los estrógenos tienen un efecto protector sobre las arterias: las mantienen flexibles, regulan el colesterol y reducen la inflamación. Cuando empiezan a descender, ese escudo se debilita”, detalla la doctora Noelia Brenzoni, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Austral. Con la baja de esta hormona, el equilibrio metabólico se altera: el colesterol LDL —el llamado “malo”— puede aumentar hasta el doble, incluso en mujeres que comen sano y hacen ejercicio.

Menopausia: por qué el corazón también necesita control
Durante la menopausia, la caída de los estrógenos debilita la protección natural de las arterias. Cuidar el corazón también es parte de esta etapa.

Cuando el cuerpo cambia de ritmo

La menopausia, como es sabido, no ocurre de la noche a la mañana. En la perimenopausia, que puede durar entre dos y ocho años, los niveles hormonales comienzan a fluctuar y se hacen sentir los primeros síntomas: sofocos, palpitaciones, insomnio, irritabilidad, ansiedad. “No es que estemos más sensibles sin motivo”, explica la especialista. “Hay un cambio hormonal real, que también repercute en el sistema cardiovascular”, destaca.  

Al respecto, cuenta que, con el descenso de los estrógenos, los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos y la protección natural de las arterias decae. “Durante la edad fértil, los estrógenos tienen un efecto antiinflamatorio y antioxidante sobre las arterias”, recuerda.  En paralelo, el metabolismo se enlentece, el cuerpo tiende a una mayor inflamación de los tejidos y se acumula grasa en zonas donde antes no se almacenaba.

Menopausia: por qué el corazón también necesita control
Ejercicio, descanso y alimentación equilibrada son pilares para mantener el corazón saludable durante la menopausia.

“Esa redistribución es clave”, advierte la experta. “La grasa ya no se queda solo bajo la piel, sino que se deposita en órganos como el hígado, los riñones y el corazón.” Allí, la llamada grasa visceral (pericárdica y hepática) se vuelve metabólicamente activa y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.

En ese contexto, el colesterol también cambia su comportamiento. Con la caída de los estrógenos, el colesterol LDL —encargado de transportar la grasa desde el hígado hacia las arterias— puede duplicarse, aún en mujeres con alimentación sana, que hacen ejercicio regular. Cuando ese LDL aumenta, parte del colesterol se deposita en las paredes vasculares. Con el tiempo forma placas que endurecen y estrechan los vasos, un proceso conocido como aterosclerosis. “Esto genera un mayor riesgo de infarto, de arritmias o, incluso, de accidente cerebrovascular”, resume la cardióloga.

La enfermedad cardiovascular, recuerda, es la primera causa de muerte en mujeres. “A veces se piensa que el cáncer de mama es el principal riesgo, pero en esta etapa de la vida la causa más frecuente de mortalidad es el infarto”, subraya la doctora Brenzoni.

Menopausia: por qué el corazón también necesita control
Después de los 40 conviene controlar colesterol, presión y función renal, aconsejan los especialistas.

El chequeo que falta

Por eso, recomienda incorporar la evaluación cardiológica al control ginecológico anual. “Especialmente después de los 50 años, y yo diría incluso antes: entre los 35 y 40 ya conviene controlar colesterol, presión y función renal. Esa mirada integral incluye laboratorio, electrocardiograma, control de presión y, cuando es necesario, una prueba de esfuerzo o un doppler de las arterias para detectar lesiones tempranas. “No basta con que el colesterol figure ‘dentro de rango’ en el laboratorio”, aclara la especialista. “Cada paciente tiene un valor objetivo distinto, según sus antecedentes y factores de riesgo; por eso es esencial hacer controles médicos”. 

Los pilares de la prevención son claros: alimentación equilibrada, ejercicio, buen descanso, control del peso y de la glucosa, manejo del estrés y dejar de fumar. De hecho, “el tabaquismo triplica el riesgo cardiovascular en esta etapa”, enfatiza la profesional. “Y dormir mal también aumenta el riesgo, porque altera los mecanismos hormonales que regulan el metabolismo y la presión arterial”. Brenzoni recomienda también combinar el ejercicio aeróbico con entrenamiento de fuerza, que ayuda a mantener la masa muscular, mejora el metabolismo de la glucosa y previene la osteoporosis, frecuente en esta etapa.

Menopausia: por qué el corazón también necesita control
Dormir bien y manejar el estrés ayudan a regular la presión arterial y el metabolismo en esta etapa de la vida.

En algunos casos, se indican estatinas, fármacos que reducen el colesterol LDL y desinflaman las arterias. “Son seguras y efectivas para disminuir el riesgo cardiovascular”, afirma la cardiólogo. En cambio, la terapia de reemplazo hormonal, útil para aliviar ciertos síntomas de la menopausia, “no reduce el riesgo cardiovascular y debe indicarse solo si no hay contraindicaciones, con evaluación previa del cardiólogo.”

Para la especialista, el desafío es también cultural. “Todavía no está incorporado el control cardiológico preventivo. Si una mujer dice ‘voy al cardiólogo’, enseguida le preguntan qué le pasa. Y la idea es ir para que no le pase nada”. La prevención, remarca, empieza antes de los síntomas y se sostiene con hábitos, información y acompañamiento médico. Porque la menopausia abre una nueva etapa donde el corazón merece un lugar central.

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