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22 Dic 2025

Cortar para salvar: un hito en la cirugía fetal

Las bridas amnióticas son filamentos que pueden obstruir la circulación, causar amputaciones por constricciones o incluso la muerte fetal cuando compromete el cordón umbilical. Desarrollada en el Hospital Universitario Austral, una técnica pionera con fibrofetoscopio flexible abre un nuevo horizonte de esperanza

En una ecografía se veía una piernita hinchada, apretada por una suerte de lazo dentro del útero. En otro embarazo, más de veinte “tanzas” se enredaban alrededor del cordón umbilical, con riesgo de cortar la circulación y poner en peligro al feto. Esos hilos no eran otra cosa que bridas amnióticas: filamentos que se originan por una alteración en la membrana que recubre al bebé llamada amnios. Cuando se enredan, pueden obstruir el paso de sangre, lastimar un miembro o incluso comprometer la vida del niño en la panza de su madre.

“Cuando una brida aprieta, empieza un proceso que puede ir desde la hinchazón hasta la pérdida de circulación, la amputación e incluso la muerte en los casos más graves”, explica el doctor Daniel Russo, director del Programa de Cirugía Fetal y jefe del Servicio de Cirugía y Urología Pediátrica del Hospital Universitario Austral.

Cortar para salvar: un hito en la cirugía fetal
El innovador fibrofetoscopio flexible permite cortar bridas amnióticas sin forzar el amnios.

El límite de lo conocido

Hasta hace poco, la única manera de liberar esas bridas era ingresar al útero con instrumentos rígidos. El procedimiento podía salvar la extremidad o el cordón, pero traía consigo un riesgo grande: cualquier maniobra brusca podía dañar el amnios, la membrana que recubre al feto, y eso podía desencadenar un parto prematuro.

Con ese desafío en mente, el equipo del Hospital Universitario Austral buscó una alternativa más segura. La respuesta llegó con el fibrofetoscopio flexible, un instrumento médico del grosor de un hisopo, diseñado para entrar en la cavidad uterina y ofrecer una visión directa del bebé. Tiene un canal diminuto por el que se pasa una fibra láser capaz de cortar con precisión las bridas sin dañar los tejidos.

“El gran talón de Aquiles de esta clase de cirugía fetal siempre ha sido la prematurez. Con esta técnica logramos llegar a término, y eso marca un cambio enorme”, subraya el especialista que, sobre la innovación, recalca: “La clave es que su flexibilidad permite maniobrar sin forzar el amnios, que es extremadamente frágil”.  

Historias de esperanza

Uno de los bebés fue operado a las 22 semanas. El láser permitió cortar los filamentos y aliviar la presión que comprometía su pie, además del cordón. Nació de término, con una pequeña cicatriz, y hoy camina normalmente. “Ver cómo la circulación se restablecía y el edema desaparecía fue muy impactante para todo el equipo”, recuerda el doctor Russo. Otro caso exigió un trabajo todavía más arduo: las bridas eran firmes y muy numerosas. “Formaban una especie de ovillo que tenía aprisionado la pierna del feto. Costó mucho liberarlo, pero cuando finalmente se soltó, sentimos una sensación de tarea cumplida indescriptible”, recuerda el cirujano.

De acuerdo con los registros disponibles, no existen antecedentes en el mundo del uso de un fibrofetoscopio flexible para tratar bridas amnióticas. La experiencia ya fue presentada en congresos y está en proceso de publicación científica.

Cortar para salvar: un hito en la cirugía fetal
Una fibra láser diminuta, guiada a través del fibrofetoscopio, permite cortar las bridas con altísima precisión.

Un camino pleno de aprendizaje

En 2015, el Hospital Universitario Austral dio un paso clave al concretar la primera cirugía fetal del país para corregir un mielomeningocele, una malformación de la médula espinal. Desde entonces ya se hicieron más de 120 procedimientos de este tipo. En 2019 comenzaron a practicarse las primeras cirugías fetoscópicas mínimamente invasivas y, poco después, intervenciones complejas como la colocación de un balón traqueal en casos graves de hernia diafragmática congénita. 

“Estos avances son posibles porque hay un programa de cirugía fetal estructurado, interdisciplinario y en constante desarrollo. Eso nos permite sostener una curva de aprendizaje, tomar decisiones coordinadas e innovar con seguridad”, resume el doctor Russo.

Explicar lo difícil con imágenes simples

La cirugía fetal ocurre en un escenario diminuto y complejo. El experto lo describe con una comparación clara: “Es como operar una aceituna en un vaso de agua”. El fibrofetoscopio, dice, funciona como un endoscopio digestivo, pero mucho más pequeño: permite explorar la cavidad uterina casi sin mover el instrumento, reduciendo al mínimo las maniobras sobre el amnios.

Para que se entienda mejor qué provoca una brida, Russo recurre a otra imagen: “Es parecido a cuando un pelo de la mamá se enreda en un dedo del bebé y lo estrangula. Con el tiempo, ese lazo casi invisible termina dañando el tejido. La diferencia es que en este caso ocurre dentro del útero y las consecuencias pueden ser sumamente graves”.

Cortar para salvar: un hito en la cirugía fetal
Esta clase de cirugía requiere un programa de cirugía fetal sólido, interdisciplinario y en constante desarrollo.

De cara al futuro

La cirugía fetal es un campo en expansión, que avanza a medida que se perfeccionan los instrumentos y los equipos consolidan su experiencia. Cada paso implica precisión quirúrgica, decisiones en conjunto y, sobre todo, el desafío de proteger dos vidas al mismo tiempo: la de la madre y la de su hijo por nacer.

“
Intervenir a tiempo, reducir riesgos y proteger la gestación es lo que guía cada uno de nuestros esfuerzos”
Dr. Daniel Russo, director del Programa de Cirugía Fetal y jefe del Servicio de Cirugía y Urología Pediátrica del Hospital Universitario Austral.

Con innovaciones como el fibrofetoscopio flexible, lo que hasta hace poco parecía imposible —liberar a un bebé atrapado en la panza por filamentos de su propia bolsa amniótica— se convierten en alternativas reales, esperanzadoras, seguras.

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