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30 Jun 2025

Fractura de cadera: una urgencia silenciosa que exige medicina de precisión

Es una de las lesiones más frecuentes en adultos mayores y, a la vez, una de las más subestimadas, pese a reducir considerablemente la expectativa de vida. En la mayoría de los casos, hay una causa silenciosa: la osteoporosis. ¿Cómo se diagnostica, cómo se trata y cómo se previene la fractura de cadera?

Cada año, cientos de adultos mayores en Argentina sufren una fractura de cadera. Y aunque no siempre se le da la importancia que merece, este tipo de lesión puede marcar un antes y un después en sus vidas. En personas con un estado de salud frágil o enfermedades crónicas, el pronóstico suele ser duro: la expectativa de vida puede reducirse a apenas dos o tres años. En cambio, cuando la persona está activa, se vale por sí misma y no tiene patologías severas, una intervención rápida y un buen equipo médico pueden permitirle una recuperación completa.

“Es un punto de clivaje”, resume el doctor Diego Mengelle, jefe del sector de Cirugía Reconstructiva de Cadera y Rodilla del Hospital Universitario Austral, donde asimismo se desempeña como director de la Clínica de la Cadera. “Cuando la persona ya viene en declive -es decir, con movilidad reducida, dependencia funcional o enfermedades descompensadas-, la fractura es un problema más que agrava su estado general. Pero en quienes estaban bien, puede superarse sin que deje mayor huella”.

En Argentina, se registran aproximadamente 260 fracturas de cadera por cada 100.000 habitantes al año, con mayor frecuencia en mujeres mayores de 70, pero no exclusivamente: los varones también pueden padecerlas. A nivel mundial, se proyecta que esta cifra podría duplicarse hacia 2050, como consecuencia directa del envejecimiento poblacional. La principal causa en la tercera edad es la osteoporosis, una enfermedad silenciosa que debilita los huesos y es especialmente común en mujeres posmenopáusicas. “Por eso es fundamental que las mujeres se realicen densitometrías en la etapa perimenopáusica”, advierte el especialista.

Fractura de cadera: una urgencia silenciosa que exige medicina de precisión
Con diagnóstico precoz, cirugía a tiempo y una buena red de apoyo, muchas personas mayores logran recuperar su movilidad tras una fractura de cadera.

Cuestión de tiempo y técnica

Ante una fractura de cadera, el tiempo corre. Según explica el doctor Mengelle, lo ideal es realizar la cirugía dentro de las 48 a 72 horas posteriores al accidente. Si se actúa con rapidez y el estado general del paciente es bueno, las chances de una recuperación plena aumentan considerablemente. Pero cuando hay enfermedades previas o escasa movilidad, la situación cambia: la fractura acelera el deterioro, y las perspectivas de vida se acortan.

“Existen distintos tipos de fractura. Las mediales -que afectan el cuello del fémur, dentro de la cápsula articular- suelen requerir una prótesis: en esos casos, el paciente puede estar de pie al día siguiente, manejar a los diez días y retomar actividades deportivas livianas en tres meses. Dentro de las mediales, existen las fracturas ‘encajadas’, menos evidentes, que permiten caminar con dolor, pero que pueden empeorar si no se tratan. Luego están las laterales -por fuera de la cápsula, en la parte externa del hueso-, que se tratan con clavos intramedulares y demandan más tiempo de recuperación porque el hueso debe soldar”, detalla el profesional.

Operar es solo una parte del tratamiento. Para el doctor Mengelle, lo más importante es trabajar en equipo. “No se trata solo de operar bien. Necesitamos al clínico, al kinesiólogo, a la nutricionista, al infectólogo… todos trabajando coordinadamente”. Esa mirada integral es la base de la Clínica de la Cadera del Hospital Universitario Austral, un espacio interdisciplinario en el que el paciente es evaluado por todos los expertos el mismo día. Además, el hospital aplica un protocolo de recuperación acelerada, con deambulación precoz, alta a las 24 horas y vuelta progresiva a la rutina. “Tratamos de que no usen andador ni bastones, salvo que ya los usaran antes”, señala el especialista. 

Toda fractura que ingresa al hospital también es evaluada por un equipo experto de metabolismo fosfocálcico del área de Endocrinología que sigue el tratamiento de la osteoporosis. “La prevención y el manejo de esta enfermedad son claves para evitar que vuelva a pasar”, destaca el doctor Mengelle.

Fractura de cadera: una urgencia silenciosa que exige medicina de precisión
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que debilita los huesos. En más del 70 % de los casos, sin tratamiento, puede causar una nueva fractura en los siguientes cinco años.

Más allá de la cirugía

Vale decir que la recuperación no depende únicamente de lo que sucede en el quirófano. El entorno del paciente también influye. “Las personas que viven solas muchas veces necesitan estar diez o quince días en un centro de menor complejidad hasta recuperar cierta autonomía. No pueden quedarse solas la primera semana”, advierte el experto. Esa vulnerabilidad social también forma parte del abordaje clínico: saber con qué red de apoyo cuenta el paciente es tan importante como la técnica quirúrgica.

También dentro de la preparación y cuidados médicos, un tema que suele generar dudas es el llamado “rechazo” de la prótesis. “Es una equivocación frecuente: se confunde rechazo con infecciones”, aclara el doctor Mengelle. Por eso, en el Hospital Austral aplican protocolos estrictos: baños especiales antes de la cirugía, hisopados para conocer la flora bacteriana y antibióticos específicos, además de la visita de un nutricionista para conocer su estado (una persona desnutrida presenta más riesgo de infección). En general, la tasa de infección en pacientes es de apenas 1,2 %, muy por debajo del promedio. 

Las prótesis están hechas de “materiales de última generación, más durables y seguros que hace una década”, asegura. ¿Y en el aeropuerto? Sí, suenan. Pero no hay necesidad de certificados especiales: todos pasan por el escáner.

La rehabilitación también es parte del éxito. “El 50 % depende del equipo quirúrgico, y el otro 50 %, del rehabilitador”, afirma el doctor Mengelle. Al día siguiente de la cirugía, los pacientes ya se sientan y comienzan a caminar. Generalmente, se les da el alta a las 24 horas de la operación. A partir de entonces, realizan controles semanales en consultorio hasta el día 21, cuando se retiran los puntos. Con ejercicios personalizados, se fortalecen los músculos, se corrigen posturas y se trabaja para reeducar la marcha. En diez días, muchos ya están manejando. En tres meses, pueden jugar tenis dobles; en seis, singles. 

“A veces se caen porque se cruzan los pies. Aprovechamos ese impulso para corregir desequilibrios que ya venían de antes.” Reeducar la marcha no solo ayuda a recuperarse: también previene futuras caídas.

Fractura de cadera: una urgencia silenciosa que exige medicina de precisión
Pequeños cambios en el hogar, como eliminar alfombras o reemplazar la bañera por una ducha a nivel del suelo, ayudan a prevenir caídas y fracturas.

Detectar a tiempo, intervenir mejor

La mayoría de las fracturas de cadera están relacionadas con huesos debilitados por la osteoporosis, que vuelve a los huesos más frágiles y porosos. Detectarla a tiempo es clave. Densitometrías, análisis de sangre y orina permiten hacer un diagnóstico certero. “Es como frenar un camión en bajada: primero hay que detener la descalcificación, y después empezar a subir de nuevo. Recalcificar lleva tiempo, pero se consigue”, explica el profesional.

En estadios más avanzados, la osteoporosis puede manifestarse con dolores articulares generalizados. Pero no hay que esperar a sentir molestias: “La clave está en hacer los chequeos a tiempo”. También es fundamental prevenir caídas. Revisar alfombras, evitar escalones innecesarios, cambiar bañaderas por duchas a nivel del suelo. “Muchas veces se agarran de la cortina o la jabonera, y se van al piso con todo. Pueden golpearse la cabeza contra el inodoro o el borde de la bañera. Se impone tomar recaudos”.

Fractura de cadera: una urgencia silenciosa que exige medicina de precisión
El hueso es un órgano. Cuanto más se usa, más se fortalece. La actividad física regular es una aliada clave para prevenir la osteoporosis.

Osteoporosis: lo que puede prevenirse

Adriana Campos Martínez y María Belén Miles son médicas endocrinólogas del Hospital Universitario Austral, especializadas en metabolismo fosfocálcico. En articulación con la Clínica de la Cadera, trabajan en la prevención, detección y tratamiento de la osteoporosis, una enfermedad silenciosa que debilita los huesos y los vuelve más propensos a fracturas, incluso ante golpes mínimos. 

“Muchos pacientes no lo vinculan con su fractura: creen que fue solo una caída. Pero si un traumatismo leve genera una rotura, hay una fragilidad ósea de base”, explica la doctora Miles. “Y la mortalidad al año posterior a una fractura de cadera es más alta que la de un ACV o un infarto”, advierte.

Su enfoque de trabajo incluye tanto estrategias de prevención primaria -actividad física regular, dieta rica en calcio, evitar hábitos nocivos- como intervenciones de prevención secundaria, destinadas a evitar nuevas fracturas en personas que ya tuvieron una. “Menos de la mitad de quienes se fracturan por osteoporosis recibe tratamiento para evitar que vuelva a ocurrir”, ofrece la doctora Campos Martínez. “Y eso que, en más del 70% de los casos, a los cinco años hay una nueva fractura”.

En cuanto a terapias disponibles, las profesionales destacan que existen alternativas farmacológicas eficaces que han demostrado reducir el riesgo de refractura e incluso mejorar la sobrevida. “Más allá de la cirugía y de la rehabilitación, es fundamental que el paciente reciba un tratamiento orientado a fortalecer la densidad ósea”, recuerda Campos Martínez.

También desmienten conceptos erróneos frecuentes. “El hueso es un tejido vivo: se forma, se remodela, y necesita estímulo y nutrientes toda la vida”, remarca la doctora Miles. “Y la calcemia en sangre puede estar dentro de los valores normales, aunque el hueso esté perdiendo densidad. El organismo mantiene los niveles en sangre extrayendo calcio de las reservas óseas”.

Para alcanzar el requerimiento cálcico diario -entre 1000 y 1200 mg de calcio- suelen sugerir tres porciones de lácteos. No obstante, adaptan las recomendaciones según cada caso, con apoyo de nutricionistas. “El calcio de los lácteos tiene una biodisponibilidad más alta que el de muchas verduras, pero hay otras fuentes válidas, siempre que se evalúen bien”, aportan las especialistas. 

Y una última clave: empezar temprano. “Hoy se habla de la osteoporosis como una enfermedad pediátrica con consecuencias geriátricas”, resume Campos Martínez. “El pico de masa ósea se alcanza en los primeros años de vida. Lo que no se construye entonces, va a faltar más adelante. Por eso la prevención empieza mucho antes de la fractura”. En resumidas cuentas, hablar de huesos no es solo hablar del riesgo de romperse. Es hablar de fuerza, de equilibrio, de futuro. Porque el hueso -como el cuerpo entero- puede cuidarse, tratarse y fortalecerse. Incluso, o especialmente, después de una caída.

Porque, como dice el doctor Mengelle, los adultos mayores de hoy no son los de hace veinte años. “Antes, a los 80 años se caminaba adentro de la casa. Hoy se hace gimnasia, se anda en bici, se hacen deportes. Es otra tercera edad”, reconoce. Y eso obliga a pensar de otro modo el cuidado del cuerpo. “El hueso es un órgano. Cuanto más se usa, más se fortalece”. Una fractura de cadera, entonces, no tiene por qué ser el principio del fin. Puede ser una bisagra. Todo depende de cuándo se actúe, cómo se trate y con qué red de apoyo se acompañe.

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