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26 Jun 2025

Vitamina D explicada paso a paso

Su nombre suena a cada rato en redes, suplementos, recetas, consultas médicas. Pero, ¿qué hace exactamente la vitamina D en nuestro cuerpo? ¿Cómo saber si falta y de qué forma evitar que suceda?

En los últimos años, la vitamina D dejó de ser un tema exclusivo del ámbito médico para convertirse en protagonista de charlas cotidianas, posteos en redes, notas en revistas y diarios. Se habla de sus beneficios, de su falta, de si conviene o no tomar suplementos. Y no es casual: esta sustancia -conocida históricamente por su rol en la salud ósea- cumple funciones decisivas en todo el cuerpo: desde el sistema inmunológico hasta el funcionamiento hormonal, desde los músculos hasta el metabolismo. 

En Argentina, se estima que 4 de cada 10 personas presentan niveles por debajo de lo recomendable, y muchos ni siquiera lo saben. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué impacto tiene? ¿Y cómo abordarlo desde el cuidado cotidiano? El Servicio de Nutrición y la Unidad de Soporte Nutricional del Hospital Universitario Austral se avienen a despejar dudas y comparten todo lo que hay que saber sobre esta aliada silenciosa: cómo se produce, qué consecuencias puede tener su déficit y qué medidas concretas ayudan a prevenirlo, sobre todo en los meses de menor exposición solar, como los invernales. 

Vitamina D explicada paso a paso
La luz del sol activa en el organismo un proceso clave para la producción de vitamina D. “El Sol”, de Edvard Munch.

No todo es lo que parece: mucho más que una vitamina

Aunque se la sigue nombrando como tal, la vitamina D es, en rigor, una prohormona; es decir, una sustancia que el cuerpo puede producir y convertir en su forma activa. Originalmente se la clasificó como vitamina porque muchas veces debía obtenerse a través de fuentes externas cuando la síntesis interna no alcanzaba. Pero hoy se sabe que, con la exposición adecuada al sol, la piel puede generar vitamina D3, que luego se activa en el hígado y los riñones. 

Una vez activa -como calcitriol-, actúa como una hormona esteroidea: circula por la sangre, se une a receptores específicos en distintos tejidos y modula la expresión de genes vinculados a funciones clave, como la absorción de calcio y fósforo, la inmunidad, la salud muscular y el metabolismo. Por eso, más allá de su nombre, la vitamina D cumple un rol sistémico, complejo y esencial para el equilibrio del organismo.

Vitamina D explicada paso a paso
Una caminata breve al aire libre puede hacer la diferencia en invierno.

¿Por qué nos falta?

Explican los especialistas del área de Nutrición del Hospital Universitario Austral que la principal fuente de vitamina D no es la dieta, sino la luz solar. Al recibir radiación UVB, nuestra piel activa un proceso que permite sintetizar vitamina D3. El 80% de la vitamina D sintetizada por nuestro cuerpo se obtiene por este mecanismo. Sin embargo, el estilo de vida actual -trabajo indoor, poca exposición al aire libre- conspira contra este mecanismo natural. Otros factores inciden, como utilizar ropa que cubre todo el cuerpo, tener una pigmentación más oscura de piel, vivir en altas latitudes o en climas mayormente nublados.

Por otra parte, hay factores biológicos que reducen la capacidad de síntesis: el envejecimiento, la pigmentación oscura de piel, ciertas enfermedades crónicas (hepáticas, renales, gastrointestinales) o el consumo de medicamentos como anticonvulsivantes y corticoides.

Dicho lo cual, señalan los profesionales que la carencia suele ser silenciosa. En algunos casos, puede manifestarse con debilidad muscular, dolores óseos, mayor propensión a fracturas o infecciones frecuentes. En niños, puede causar raquitismo y deformidades esqueléticas. En adultos mayores, osteoporosis y osteomalacia.

Un análisis de sangre permite conocer los niveles de esta vitamina. Se considera deficiencia moderada cuando el nivel plasmático está por debajo de 50–75 nmol/l (o <20 ng/ml), y deficiencia grave por debajo de 25–30 nmol/l (<10–12 ng/ml). En estos casos, aumenta el riesgo de enfermedades óseas como las anteriormente mencionadas. 

Vitamina D explicada paso a paso
El estilo de vida actual reduce nuestra exposición solar, y con ella, los niveles de vitamina D.

¿Se puede prevenir?

Por supuesto. El sol es nuestro mayor aliado, pero debe “usarse” con precaución. La Organización Mundial de la Salud reconoce la importancia de la exposición solar para la producción de vitamina D, pero enfatiza la necesidad de tomar recaudos para protegernos de los efectos dañinos de la radiación ultravioleta (UV). Esta entidad recomienda una exposición controlada, entre 5 y 15 minutos, dos o tres veces por semana, para asegurar la síntesis adecuada de vitamina D sin comprometer la salud de la piel.

¿Y si no salgo mucho? Entonces entran en juego la dieta y, en algunos casos, los suplementos. Los alimentos con más vitamina D son los pescados grasos (como el salmón y el atún), la yema de huevo, los lácteos (leche, yogures y quesos), alimentos fortificados. Aun así, suele no ser suficiente.

¿Todos necesitamos suplementar?

No. La indicación de suplementos debe ser médica. Hay grupos de riesgo (personas mayores, con enfermedades crónicas, embarazadas, pacientes institucionalizados, personas con obesidad) en quienes se justifica hacer un testeo de los niveles y, si corresponde, suplementar. Naturalmente, las dosis varían: de 600 UI diarias en adultos sanos a más de 1000 UI en casos de déficit. Los excesos también pueden ser peligrosos: provocan toxicidad, hipercalcemia y otros efectos adversos. 

La determinación de la dosis adecuada y la necesidad de controles periódicos debe estar siempre a cargo del médico o del profesional de salud. Ante cualquier duda, lo más importante es consultar y no recurrir al suplemento por cuenta propia. Así las cosas, conviene testear los niveles de vitamina D especialmente en invierno, en personas con factores de riesgo o ante síntomas compatibles. No todos los chequeos lo incluyen, pero se puede solicitar como análisis de sangre.

Vitamina D explicada paso a paso
Con 5 a 15 minutos, dos o tres veces por semana, el cuerpo puede generar vitamina D de forma natural.

¿Está de moda?

Como se ha dicho, el aumento de consultas y prescripciones en torno a la vitamina D responde, en buena medida, a un fenómeno global: la menor exposición solar que caracteriza al estilo de vida actual. Pasamos más tiempo en interiores. Y en muchas regiones, el clima tampoco ayuda. El resultado: una carencia que puede pasar desapercibida, pero cuyas consecuencias son muy reales. Prestarle atención no es una moda, sino una forma concreta de cuidar la salud cada día.  

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