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13 Oct 2025

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar

La voz está presente en cada actividad cotidiana, aunque pocas veces reparamos en cómo cuidarla. Especialistas en Fonoaudiología ofrecen pautas para usarla de forma saludable, detectar señales de alerta y prevenir lesiones.

Hablar, enseñar, cantar, dar una presentación, leer en voz alta o simplemente conversar: usamos la voz todos los días, pero pocas veces pensamos en cómo lo hacemos. La damos por sentada, hasta que algo cambia: aparece la ronquera, la fatiga vocal, la tensión en el cuello o la sensación de tener “algo” en la garganta.

Más que un instrumento, la voz es una extensión de nuestra identidad y nuestra forma de estar en el mundo. Refleja emociones, acompaña los cambios del cuerpo y se ve afectada por hábitos que muchas veces pasan inadvertidos. Saber cómo funciona, qué la fortalece y qué la pone en riesgo es clave para preservarla a lo largo del tiempo.

Para entenderlo mejor, conversamos con las licenciadas en Fonoaudiología María Roxana Martín y Roberta Martínez, del Hospital Universitario Austral, que se avienen a explicar cómo cuidar la voz y a ofrecer consejos prácticos para mantenerla saludable.

¿Qué significa usar bien la voz?

– Usar bien la voz significa emplearla de manera eficaz, sin esfuerzo, con expresividad y volumen adecuado, cuidando la salud vocal según el contexto. Algunos criterios a tener en cuenta son: una buena respiración, proyección y tono cómodos, articulación clara, hidratación continua e higiene vocal.

¿Es lo mismo tener “buena voz” que tener una voz entrenada?

– Tener buena voz es una condición natural, innata: un timbre agradable, un tono armonioso, proyección y volumen vocal sin esfuerzo. En cambio, entrenar o cuidar la voz implica adquirir y poner en práctica conocimientos y técnicas que permiten desarrollar habilidades vocales, como el control respiratorio, el control del volumen o el uso adecuado de los resonadores.

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar
La voz nos acompaña en cada conversación: es parte de quiénes somos.

¿Cantar en la vida cotidiana ayuda a entrenar la voz? Y escuchar música rítmica ¿sirve para proyectarla mejor?

– El canto espontáneo puede ser beneficioso, siempre que se realice sin esfuerzo, sin gritar y sin intentar alcanzar tonos inadecuados: genera bienestar emocional y puede contribuir al cuidado de la voz. Escuchar música rítmica también es una herramienta útil, ya que permite integrar ejercicios de respiración, articulación y pausas al compás de un ritmo determinado, lo que favorece la proyección vocal.

¿Qué lugar ocupa el cuerpo?

– El cuerpo tiene un lugar fundamental en la producción vocal. La voz no se genera únicamente en las cuerdas vocales: una postura alineada permite que la respiración fluya y la voz se proyecte sin esfuerzo. La relajación de la musculatura de hombros, cuello y brazos y el movimiento corporal en general ayudan a liberar tensiones y a mejorar la calidad vocal.

¿Qué hábitos cotidianos ayudan a conservar una voz saludable? ¿La dieta, por ejemplo, incide?

– Algunos hábitos importantes son: no gritar, hidratarse constantemente, descansar bien, hablar suave, lento y claro, no fumar, hacer ejercicio y cantar con técnica adecuada. La alimentación sí que influye, y mucho, en la calidad vocal. Ciertos alimentos pueden afectar la voz de manera negativa, provocando reflujo gastroesofágico, mucosidad excesiva, deshidratación o irritación directa o indirecta de las cuerdas vocales. En ese sentido, siempre recomendamos una dieta saludable y antiinflamatoria, además de mantener una buena hidratación para prevenir la fatiga vocal y los daños por fricción.

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar
“Hidratación: el gesto más simple para mantener la voz clara y resistente.”

¿Qué errores cometemos sin darnos cuenta?

– Generalmente no somos conscientes de los abusos y malos usos de la voz. Gritar, carraspear o toser en exceso, hablar rápido sin pausas, no tomar agua, hablar mucho en ambientes ruidosos o fuera del rango natural son conductas que irritan las cuerdas vocales, provocan lesiones, episodios de fatiga vocal y aumento de la tensión y el esfuerzo en la musculatura laríngea.

¿Qué señales de alerta indican que estamos forzando la voz? ¿Y qué consecuencias puede tener a mediano y largo plazo?

– Además de la afonía (pérdida total de la voz), existen ciertos síntomas que pueden percibirse y que indican cambios vocales: modificaciones en el tono, volumen o timbre; voz soplada, áspera o entrecortada; dificultad para sostener notas en el canto; dolor puntual en la zona del cuello o la laringe; ardor, tensión o sensación de cuerpo extraño. El esfuerzo fonatorio, el mal uso o abuso vocal constantes y frecuentes pueden tener consecuencias como lesiones en las cuerdas vocales (nódulos, pólipos, edemas, entre otras), disfonía crónica y fatiga vocal persistente, con una marcada falta de rendimiento y resistencia vocal.

¿Cómo varía el cuidado de la voz según la edad y las etapas de la vida?

– En general, la voz debe cuidarse siempre. En niños, una disfonía constante o una voz muy ronca sin cuadros congestivos, o con tensión visible en el cuello, es un signo de alerta. En adolescentes, también es importante prestar atención a disfonías frecuentes que se prolongan durante semanas o a cambios en la voz que no mejoran después de la pubertad. En adultos, hay que consultar ante disfonías persistentes, dolor al hablar, cambios bruscos en la voz sin gripe ni esfuerzo vocal previo, o empeoramiento hacia el final del día.

 

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar
Usar la voz con técnica y sin esfuerzo permite sostenerla a lo largo del tiempo.

¿Cómo impactan las hormonas en la voz?

– Los cambios hormonales tienen un impacto significativo. Los mayores cambios se producen en la pubertad en los varones y durante la menopausia en las mujeres. También pueden darse variaciones en el período premenstrual, menstrual o durante el embarazo, y los cambios hormonales que ocurren en patologías tiroideas también pueden causar alteraciones vocales.

¿Y el estrés?

– A través de la voz se transmite mucho más que sonido: se expresan emociones (angustia, euforia, alegría, tristeza, sorpresa) y estados de ánimo. La voz es comunicación. Situaciones de estrés, angustia, tensión o melancolía impactan de manera negativa en su calidad: estar deprimido o en tensión puede alterar el tono, el timbre y la proyección. La voz es, además, una marca de identidad única que nos distingue y acompaña a lo largo de la vida.

¿Cuándo conviene consultar a un especialista?

– Cualquier alteración en la voz, cambios en el volumen, timbre o tono vocal, disfonías a repetición, episodios de afonía (pérdida total de la voz), cansancio o fatiga vocal, sentir esfuerzo o tensión al hablar son indicadores para consultar con un especialista en Otorrinolaringología o en Fonoaudiología.

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar
El cuerpo entero participa: postura y relajación liberan la voz.

¿En qué consiste el trabajo fonoaudiológico con la voz?

– La terapia fonoaudiológica implica la evaluación y tratamiento de diferentes alteraciones vocales, ya sean orgánicas o funcionales. Se realiza la rehabilitación a través de ejercitación adecuada y, de manera preventiva, se brindan recursos para educar la voz y conocimientos sobre cuidados básicos.

¿Cuáles son los mitos más frecuentes sobre el cuidado de la voz?

– Uno de los más comunes es la idea de que “el alcohol calienta la voz”. Esto es un mito: ningún líquido ni alimento entra en contacto directo con las cuerdas vocales. Además, el alcohol actúa como diurético, deshidrata y altera la mucosa de las cuerdas, modificando su vibración normal. También se suele pensar que carraspear es inofensivo, cuando en realidad no es bueno. A veces el carraspeo aparece porque hay moco que actúa como cuerpo extraño y genera la necesidad de aclarar la voz; otras veces surge como un tic. En ambos casos, hace que las cuerdas vocales se choquen repetidamente, provocando irritación. Por último, es cierto que el agua hidrata las cuerdas vocales. Aunque no está en contacto directo con ellas, ayuda a mantener hidratada la mucosa y favorece su vibración normal.

¿Qué consejos darían a quienes usan mucho la voz sin ser “profesionales”?

– Estar atentos y consultar de inmediato ante cualquier síntoma o cambio en la voz (disfonía, afonía, cambios en tono o volumen, voz ronca, cansancio al hablar). Incorporar hábitos saludables: hidratarse, hablar a velocidad normal, hacer pausas, evitar hablar en lugares ruidosos y no fumar. Además de los hábitos individuales, cada 16 de abril se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Voz, con el objetivo de concientizar sobre su cuidado y la prevención de enfermedades relacionadas. En la Argentina, la Sociedad Argentina de la Voz (SAV) organiza una campaña nacional con charlas, conferencias, atenciones gratuitas en hospitales y materiales de difusión que recuerdan la importancia de consultar tempranamente ante cualquier problema vocal.

La voz también necesita atención: cómo protegerla y cuándo consultar
Más que un sonido, la voz es nuestra huella: expresa emociones, identidad y salud.
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