“El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con Dios”, reza un proverbio japonés. Y aunque suene poético, hay algo de verdad en eso: pocas cosas cambian el ánimo tan rápido como una buena carcajada. Se busca de todas las formas posibles -en un meme, un chiste, un show de stand-up, una sitcom- porque reírse hace bien. No solo por el disfrute, sino porque tiene un impacto real en la salud.
Y no es el único beneficio: reír disminuye el estrés, facilita el diálogo y el entendimiento, mejora la socialización y hasta ayuda a enfrentar mejor los desafíos cotidianos.
A nivel inmediato, la risa relaja los músculos, mejora el estado de ánimo y disipa tensiones. “Además, mejora la oxigenación de la sangre, lo que genera menor carga de trabajo para el corazón y los pulmones”, señala el Dr. Ezequiel Germano, subjefe del Servicio de Clínica Médica del Hospital Universitario Austral. En un entorno médico, incluso puede contribuir a bajar la presión arterial y reducir el nerviosismo ante ciertos estudios.
“En el largo plazo, se ha visto que mantener un buen sentido del humor y reírse ayuda a mejorar el sistema inmune y disminuye el uso de analgésicos, ya que mejora la percepción del dolor”.
“En psicoterapia, el humor es una herramienta poderosa”, agrega Castro. “Ayuda a aliviar tensiones, a fortalecer el vínculo entre paciente y terapeuta, y permite ver los problemas desde una perspectiva más flexible”. No se trata solo de reírse de lo gracioso, sino de encontrar en el humor una manera de sobrellevar situaciones difíciles y desarrollar resiliencia.
La risa también es social: genera empatía, confianza y bienestar. “Cada vez que nos reímos con alguien, creamos un lazo”, postula la psicóloga. “Las experiencias alegres y divertidas son fundamentales en cualquier vínculo, porque generan recuerdos compartidos”.
De hecho, la risa es contagiosa. “Cuando escuchamos reír a otros, nuestro cerebro se activa y se prepara para entrar en ese estado de ánimo”, indica la especialista. Esto explica por qué nos resulta difícil no reírnos cuando alguien más lo hace, aunque no sepamos exactamente de qué.
“Nuestro cuerpo y mente mejoran cuando nos reímos. Es una medicina natural contra el estrés y la falta de ánimo. Sabiendo que reírse tiene tantos beneficios, podríamos intentar agregar un poco de risa a nuestras vidas. Así como nos esforzamos en generar y mantener ciertos hábitos como el ejercicio físico, ¿por qué no buscar activamente momentos de risa en nuestro día?”, propone Castro.
Algunas ideas para ejercitar la risa en la vida cotidiana: