Sobrepeso y obesidad infantojuvenil ¿Qué podemos hacer los padres?

¿Qué podemos hacer los padres?

No suele ser motivo de consulta frecuente en el consultorio del pediatra, y por eso la importancia de realizar los controles correspondientes para que el médico observe la velocidad de crecimiento y revise los hábitos de alimentación, actividad física y ocio de niños y adolescentes.

El sobrepeso depende de un disbalance entre la ingesta calórica (lo que ingresa al cuerpo, lo que la persona come) y el gasto energético. En los niños esto último incluye lo que necesita el cuerpo para crecer, que es diferente en cada etapa del desarrollo.

¿Cuál es la situación actual?

Las cifras de obesidad en la población infantojuvenil aumenta cada año en todo el mundo de forma asombrosa. Esto se acrecentó aún más con la pandemia: menos actividad física, mayor ansiedad o aburrimiento.

La prevalencia de sobrepeso en nuestro país es de 31,5% y esta proporción no varía con la edad.

Períodos críticos

Con el sobrepeso en la infancia, se instalan cambios muy importantes en el tejido adiposo y la mayor atención al aumento de la grasa/tejido adiposo debe tenerse en cuenta en los siguientes períodos:

  • Primeros 18 meses de vida.
  • Entre los 3 y 4 años.
  • La adolescencia.

Cabe recordar que el embarazo, la lactancia y la primera infancia son momentos oportunos para el cambio de hábitos familiares, y aquellas costumbres saludables incorporadas en las etapas mencionadas son fundamentales para evitar el sobrepeso y la obesidad.

Consecuencias a mediano y largo plazo

La obesidad se asocia, entre otros, a un mayor riesgo de:

  • Hipertensión arterial.
  • Dislipemias (aumento de grasas en sangre).
  • Apneas nocturnas (dificultad respiratoria durante el sueño).
  • Esteatosis hepática (hígado graso).
  • Alteraciones del metabolismo de la glucosa y diabetes tipo 2.

¿Qué podemos hacer como padres?

Es bueno poder conversar con el pediatra de tu hijo en cualquier etapa, para poder individualizar las recomendaciones en cada caso:

  • Desde el embarazo, con controles médicos adecuados, para favorecer un aumento de peso materno entre 7-12 kg, y detectar precozmente la diabetes gestacional.
  • Priorizar la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes y luego acompañarla de la introducción de alimentos saludables, acordes a la edad.
  • No sobrealimentar al bebé, estar atentos a los signos de saciedad y respetarlos.
    Utilizar agua como mejor bebida (luego de los seis meses) y no incorporar bebidas azucaradas.
  • Incorporar desde la infancia temprana frutas y verduras de forma diaria y llevar una dieta equilibrada en cuanto a componentes nutricionales.
  • Pensar en los hábitos alimentarios de toda la familia. Como en tantos otros aspectos, nosotros los adultos, somos el ejemplo para nuestros niños.
  • Restringir el uso de pantallas. Actualmente, con muchas tareas de educación virtual, ya pasan muchas horas expuestos a las pantallas. El riesgo de sobrepeso está relacionado directamente con el tiempo de exposición a las pantallas. Evitarlas en los dormitorios.
  • Evaluar y disminuir, en caso de ser necesario, el tamaño de las porciones.
  • En casa, procurar solo tener alimentos saludables. Las golosinas, los snacks, las gaseosas, no deberían ser parte de la alimentación diaria, sino ocasionales.
  • No utilizar las comidas como premios o castigos.
  • Actividad física: todo sirve, todo suma (siempre acorde a la edad). Deportes, caminata, juegos al aire libre, baile en casa, andar en bicicleta o patines, jugar con pelota. Favorece el aumento y la preservación de la masa muscular, mejora el gasto energético y disminuye el riesgo de sobrepeso.

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