En nuestro consultorio es frecuente la atención de pacientes con lesiones pancreáticas quísticas, que en general son benignas pero requieren diagnóstico preciso y seguimiento.
Los tumores malignos de páncreas han aumentado su incidencia y somos un centro de referencia para esta patología. El diagnóstico y tratamiento oportuno mejora notablemente el pronóstico del paciente.
¿Qué es el cáncer de páncreas?
Es una enfermedad en la que células normales del páncreas se vuelven anormales, se multiplican descontroladamente y forman un tumor. Cuando ese tumor puede diseminarse, se considera maligno.
El tipo más común es el adenocarcinoma, que se origina en las células que producen enzimas digestivas. Existen otros tipos, como los tumores neuroendocrinos, de crecimiento más lento y mejor pronóstico. También hay lesiones quísticas, generalmente benignas, pero algunas requieren seguimiento.
Síntomas frecuentes
- Ictericia (coloración amarilla en piel y ojos, orina oscura, heces claras)
- Dolor en la espalda y parte superior del abdomen
- Indigestión, náuseas, pérdida de peso, falta de apetito
- Diabetes de inicio reciente o descontrolada
¿Cómo se diagnostica?
- Análisis de sangre y marcadores tumorales (CEA, CA 19.9)
- Ecografía / tomografía computada
- ERCP (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica)
- Punción con aguja fina (FNA) y biopsia
Tratamientos disponibles
El tratamiento depende del estado general del paciente y el estadio del tumor. Se puede utilizar una o varias de las siguientes opciones:
- Cirugía: extirpación del tumor
- Quimioterapia: administración de medicamentos por vía endovenosa
- Radioterapia: uso de rayos de alta energía para destruir células cancerosas
En algunos casos, la cirugía se realiza en combinación con quimio y/o radioterapia.
Cirugía del cáncer de páncreas
Si el tumor está ubicado en la cabeza del páncreas y es resecable, se realiza una duodenopancreatectomía cefálica (cirugía de Whipple).
Durante la intervención se colocan sondas, drenajes y un catéter epidural para el control del dolor. Posteriormente, el paciente es internado en sala común, con acompañamiento familiar y atención clínica y de enfermería especializada.
Desde 2012 implementamos el protocolo Fast Track, que mejora el postoperatorio y reduce el tiempo de internación (promedio: 8 días). El uso de anestesia epidural mejora el manejo del dolor y favorece la recuperación.
Recuperación y alimentación
- La alimentación comienza entre el día 1 y 3 postoperatorio, con dieta líquida y progresión según tolerancia.
- Entre el día 3 y 5, el paciente suele estar con dieta blanda fraccionada.
- Se promueve la movilidad temprana: desde sentarse en la cama el día 2, hasta caminar por la habitación a partir del día 3 o 4.
- La recuperación digestiva puede tardar algunos días por la complejidad de la cirugía.
Contamos con un equipo de nutricionistas que acompaña al paciente antes y después de la cirugía, adaptando la alimentación a sus necesidades individuales.







