Recientemente, se dieron a conocer los resultados de un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Minnesota, que incluyó 400 mujeres jóvenes y sanas, pero inactivas. Los resultados se publicaron en el journal Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention.
Éstos muestran, gracias a exámenes de orina, que en mujeres premenopáusicas –es decir que producían estrógeno- la realización de 30 minutos de ejercicio aeróbico entre moderado y vigoroso cinco veces por semana durante 16 semanas fue beneficioso, en comparación con los resultados que mostraron las mujeres que se encontraban en el grupo control, y que permanecieron inactivas.
Para la realización del estudio, el grupo que debía realizar ejercicio, utilizó equipos como cintas caminadoras, escaleras y máquinas elípticas.
“Concretamente, observamos que al final del estudio las mujeres en el grupo del ejercicio tenían niveles más altos de metabolitos del estrógeno, que reducen el riesgo de cáncer de mama”, sostuvieron los autores del estudio.
Consultado respecto a esta experiencia, el Dr. Ignacio Mc Lean, jefe del servicio de Patología Mamaria y director del Centro Mamario del Hospital Universitario Austral (HUA) expresó: “La realización de ejercicio físico en forma continua o constante, es decir no de manera aislada, esta asociado a la disminución del riesgo de cáncer de mama. Siempre se adjudicó la razón de este efecto a la cuestión inversa: es decir, dado que la vida sedentaria se asocia a mayor riesgo de padecer cáncer de mama, por ende hacer actividad física disminuye el sedentarismo y la posibilidad de desarrollar la enfermedad”.
Sin embargo, el especialista destacó la novedad de esta investigación: “Lo interesante es el hallazgo del mecanismo que estaría explicando esto, que aparentemente se debe a la disminución relativa de estrógenos en el cuerpo. En este sentido, es importante resaltar la palabra relativa. Esto quiere decir que una mujer que realice actividad física regularmente tendrá los niveles de estrógeno necesarios circulantes, aunque no asociados a otros factores que pueden predisponer a un mayor riesgo de cáncer de mama”.
“Además, completó el Dr. Mc Lean, toda mujer que hace actividad física tiene menor concentración de tejido adiposo en el cuerpo, lo que disminuye a su vez la producción de estrógenos circulantes”.
Sin embargo, es importante aclarar que la actividad física –cualquiera sea, ya que todo tipo de ejercicio sirve tanto en mujeres premenopáusicas como post, aunque más en las primeras- no es un factor que impide o previene el cáncer de mama, sino que sólo disminuye la chance de que éste se presente; aunque esto depende de la “magnitud de riesgo previo” que la mujer en cuestión presente.
“La realización de ejercicio físico, junto con otros factores, demostró disminuir el riesgo de cáncer de mama. No obstante, en aquellas mujeres con mayores posibilidades de desarrollar la enfermedad, existen otras cuestiones importantes a tener en cuenta para la prevención como por ejemplo cuidar los hábitos alimenticios, no recibir tratamientos hormonales estrogenicos, no consumir bebidas alcohólicas ni fumar, y evitar el sedentarismo y la obesidad. Por otro lado, existen muchas investigaciones ya terminadas y otras en curso que demuestran, siempre en mujeres con alto riesgo de cáncer de mama, que algunos fármacos también ayudan a disminuir este riesgo. Entre éstos se cuentan el tamoxifeno”, amplió el especialista del HUA.
Estudios a realizarse
Las mujeres, tanto por cuestiones de control así como también para detectar la posibilidad de que se presente un cáncer de mama, deben realizarse estudios.
Entre los primeros, se cuentan la mamografía y el examen físico completo una vez por año; aunque para aquellas que tienen mayor riesgo es recomendable intercalar con las mamografías la realización de una resonancia magnética de mama.
“Además, en estas mujeres, es importante acceder a controles en centros especializados”, agregó el Dr. Ignacio Mc Lean.
Por su parte, en cuento a los estudios específicos que sirven para estimar el riesgo de desarrollar la enfermedad, existen distintos programas o algoritmos que brindan un riesgo aproximado, como el modelo de Gail o el de Claus.
En los últimos años se descubrieron algunas alteraciones genéticas que explicarían el mayor riesgo de cáncer de mama. Los más conocidos son el BRCA 1 y 2 que, cuando se encuentran alterados, aumentan la probabilidad de desarrollar cáncer de mama y/o de ovario a más del 50%. (Como el caso de Angelina Jolie).
El caso Angelina Jolie
Hace unos pocos días se dio a conocer a través de una carta que ella misma escribiera a un conocido diario estadounidense, la decisión de someterse a una doble mastectomía, para prevenir el desarrollo de cáncer de mama, tomando como antecedente la muerte hace unos años y a los 56 de su madre, justamente por esta enfermedad.
Así, se abrió un interrogante: ¿se trató de una medida acertada o de una decisión apresurada?
“Este caso puntual es muy resonante, aunque la mastectomía de reducción de riesgo como se llama técnicamente este procedimiento viene realizándose hace ya muchos años, y ha demostrado disminuir el riesgo de cáncer de mama a cifra menores del 5%”, respondió el Dr. Mc Lean al ser consultado respecto a esta práctica.
“Aunque viendo estos resultados es poco lo que uno puede objetar de esta práctica, sí es oportuno aclarar que nuestro país y nuestra sociedad es muy distinta en su idiosincrasia a la norteamericana o a otras sociedades. En nuestro medio, las mujeres son mucho menos proclives a ser sometidas a una operación de esta magnitud, por los riesgos que implica y los resultados estéticos que brinda, entre otras cuestiones. Así, la mayoría prefiere ser sometida a controles más exhaustivos, mientras que son pocas las que solicitan una cirugía de reducción de riesgo. Lo fundamental que hay que hacer es aconsejar a las mujeres que creen tener mayor riesgo de padecer un cáncer de mama que realicen consultas con especialistas en mastología y genética médica, que son quienes las van a asesorar correctamente”, concluyó el especialista.
Sin embargo, vale aclarar que en la Argentina existen centros que realizan los estudios necesarios para detectar el gen, así como también las cirugías.
Contacto:
*Dr. Ignacio Mc Lean
Jefe del servicio de Patología Mamaria
Director del Centro Mamario
Hospital Universitario Austral
IMCLEAN@cas.austral.edu.ar