El reflujo es un trastorno secundario derivado del pasaje del contenido gástrico y de algunas sales biliares y jugos intestinales, hacia el esófago. Sus síntomas se pueden presentar de varias maneras. La más clásica y característica es la sensación de acidez, quemazón o sensación ardiente al nivel de la boca del estómago y las regurgitaciones hacia la zona del cuello. Pero, también puede presentar otras manifestaciones no tan conocidas como los dolores torácicos, los cuales muchas veces pueden confundirse con síndromes coronarios.
En cuanto a la diferenciación de los síntomas de cardiopatías y los síntomas de reflujo, el Dr. Eduardo Coghlan, gastroenterólogo del Hospital Austral, aclaró: «Muchas veces es difícil de identificar a través de los datos que se obtienen en un interrogatorio. Es por ello que se necesitan datos complementarios. El examen complementario por excelencia para determinar un reflujo es la videosofogastroendoscopía, donde se ve en vivo y en directo a través de un endoscopio todos órganos como el esófago, el estómago y las primeras porciones del duodeno, para analizar si hay alguna lesión ocasionada por el ascenso de los jugos gástricos y las sales biliares. Siempre hay que descartar el causal coronario.»
Además, el especialista aclaró que el reflujo también puede presentar otras manifestaciones como las respiratorias: la tos crónica, tos seca, tos irritativa, síntomas de bronco espasmo, asma. Estos síntomas suelen darse en horarios nocturnos.
¿Cómo prevenirlo?
El especialista brindó algunas pautas dietéticas como evitar el exceso de café, mate o evitar las salsas y picantes. Otros componentes como el tomate, la menta y el chocolate también pueden generar este malestar. Por último, es importante prevenir acerca de la toma de ciertos fármacos como aspirinas y antiinflamatorios.