“La manifestación de la enfermedad cardiovascular en adultos es sólo la punta de un témpano, ya que el inicio puede remontarse a la segunda o tercera década de la vida. Esto ocurre porque la patología vascular evoluciona en 3 etapas”, comenzó diciendo el Dr. Sergio Baratta, jefe de la sección Cardiología No Invasiva y de Ecocardiografía, pertenecientes al servicio de Cardiología del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario Austral (HUA).
En primer lugar encontramos la convivencia pasiva con los factores de riesgo cardiovascular como por ejemplo el nivel de colesterol malo (LDL) y colesterol bueno (HDL) pero también la presencia de antecedentes familiares coronarios, hipertensión arterial, diabetes, sedentarismo, tabaquismo y obesidad.
“En este sentido también influyen los hábitos de alimentación, el tabaquismo y el estilo de vida, factores que no tienen que ver con el sexo ni la edad, y que conforman el ‘riesgo cardiovascular global’ del cual dependerá la aproximación farmacológica”, consignó el especialista.
La segunda etapa es aquella en la cual la arteriosclerosis se desarrolla en forma lenta y silenciosa; mientras que la tercera corresponde a la de aparición de los síntomas a una edad más avanzada. “Vale aclarar que no necesariamente estamos hablando de ‘la vejez’, dado que vemos cada vez más infartos y pre-infartos en pacientes jóvenes”, postuló Baratta.
En todas ella cuenta la asociación entre los factores de riesgo ya descriptos, y la existencia de antecedentes de eventos vasculares no ya familiares sino personales (infarto, angioplastia, accidente vascular cerebral, enfermedad vascular periférica).
“Con todo esto queremos decir que indefectiblemente debemos empezar a cuidarnos y a educar desde la infancia, a partir de que los niños empiezan a razonar ya que esperar a la adolescencia podría ser demasiado tarde. En este sentido, con el conocimiento no alcanza para generar una conducta: hay que dar el ejemplo como adultos”, refirió el Dr.
Sobre las enfermedades vasculares
La patología cardiovascular es la primera causa de morbimortalidad tanto en nuestro país como en el mundo. Estadísticamente, la aparición de enfermedad coronaria en el hombre se da 10 años antes que en la mujer. Esto es así porque aparentemente los estrógenos protegerían a la mujer durante la edad fértil, aunque dicha protección se pierde 5 años después de la menopausia.
“La medicina actual se encuentra envuelta en un gran dilema porque si bien se han realizado agrandes avances en el tratamiento de las enfermedades, la tarea orientada a evitar que las personas pierdan su condición de salud (prevención) es ineficaz”, señaló el especialista y enumeró 4 consejos básicos:
-Practicar actividad física en forma regular.
-No fumar.
-Mantener una dieta adecuada.
-Acudir al médico cuando sea necesario.
“El objetivo principal no es solamente brindar consejos sino lograr que la mayoría de las personas alcance las metas de control de su salud”, completó el Dr. Sergio Baratta.
Así, el desafío está planteado: el protagonista principal es la persona como individuo y educador en su familia, en su medio laboral y en su entorno social.
“Para incrementar la prevención es importante lo que hay que saber (supuestos básicos para encarar la acción de prevenir que requieren lectura y cierto estudio personal pero también aclaración de dudas con un experto), lo que debo hacer (herramientas de la terapéutica médica) y cómo lo hago”, finalizó.
Contacto:
*Dr. Sergio Baratta
Jefe de la sección Cardiología No Invasiva
Jefe de Ecocardiografía
Servicio de Cardiología / Departamento de Medicina Interna
Hospital Universitario Austral
SBARATTA@cas.austral.edu.ar