Este año el centro de las acciones es el derecho número 4 del Decálogo de los Derechos del Prematuro. Hablamos con la Licenciada Magalí Weiss y la especialista Paola Iturria para conocer cómo se desarrolla en el Hospital Austral el cuidado de los más pequeños.

Año a año nacen en el mundo alrededor de 15 millones de niños prematuros. Esto quiere decir que 1 de cada 10 nacimientos se produce antes de tiempo.

Y si bien la prematurez es considerada la primera causa de mortalidad en niños menores de 5 años a nivel mundial, para los especialistas es importante dar a conocer que los bebés nacidos en estas condiciones pueden desarrollarse saludablemente, sobre todo si reciben la atención adecuada.

Por eso cada 17 de noviembre –fecha en que se celebra el Día del Prematuro, en el marco de la Semana del Prematuro, que se extiende del 14 al 18 del mencionado mes- los profesionales de salud encargados del cuidado de estos pacientes hacen foco en alguno de los derechos mencionados en el Decálogo de Derechos del Prematuro.

En esta oportunidad, el eje son los cuidados de Enfermería, que constituyen el derecho número 4. “Los recién nacidos de parto prematuro tienen derecho a recibir cuidados de enfermería de alta calidad, orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia”, reza el texto.

En el caso del Hospital Universitario Austral (HUA) esto representa un compromiso, y así lo explican la Licenciada en Enfermería Magalí Weiss, Referente de Enfermería de Recepción e Internación Conjunta del Recién Nacido Sano y la Especialista en Enfermería Neonatal Paola Iturria,Coordinadora de Enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales.

“Entre los factores que optimizan los resultados de la atención de los niños prematuros se encuentra el cuidado que brindan los enfermeros neonatales. En el Hospital, en consonancia con la misión institucional que hace énfasis en la calidad y seguridad del paciente, la Dirección de Enfermería tiene como misión ‘prestar cuidados de Enfermería de alta calidad humana, técnica y científica, planificados desde la concepción de la persona como ser integral’. Esto en neonatología se traduce en que cada enfermero es consciente y responsable de que su tarea es brindar a cada paciente el mejor cuidado, acorde a sus necesidades y protegiendo su desarrollo. Y esto, además, se extiende a la familia que es partícipe y no solamente visita durante toda la internación”.

Por eso se ponen en práctica cuidados que no implican una inversión económica entre los que se encuentran la presencia del padre del bebé o de otro familiar durante el nacimiento, el ingreso irrestricto de padres y hermanos a las unidades de hospitalización, la presencia de los abuelos del bebé, la posibilidad de que los padres tengan en brazos al niño y participen de su alimentación, del baño, del cambio de pañal, y por supuesto la lactancia o la educación de la mamá para que pueda extraerse leche en caso de ser necesario.

“En cuanto a Enfermería puntualmente, se realiza un proceso de atención que brinda cuidados holísticos planificados según las necesidades del paciente y no del propio profesional, se plantean objetivos y evalúan resultados, se realiza la valoración y el manejo del dolor, se protege a los bebés de los ruidos, las luces y se respetan los períodos de sueño y vigilia, y también se planifican y coordinan las intervenciones de los distintos profesionales del equipo de salud para evitar el estrés del bebé”, sumaron las especialistas.

Vale aclarar que se llama “prematuro” al niño que nace antes de haber cumplido las 37 semanas de gestación, y que por ende requiere cuidados especiales para garantizar su crecimiento de manera saludable y disminuir o evitar lesiones que afecten su salud y calidad de vida.

Entre las complicaciones que puede presentar un bebé nacido antes de lo previsto se cuentan alternaciones del desarrollo cognitivo, neurológico y motor, problemas en la visión o en el sistema auditivo.