El monóxido de carbono es un gas producido por la combustión incompleta del carbono y es conocido como “el asesino silencioso”. Médicas del Hospital Universitario Austral explicaron que “la mayoría de los casos de intoxicación por este gas ocurren en invierno y los síntomas se parecen mucho a otras enfermedades”.
El monóxido de carbono está presente en materiales tales como leña, carbón, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta, entre otros. La Dra. Verónica Torres, Jefa del Servicio de Toxicología del Hospital Austral, afirmó que «es muy importante recordar que los síntomas se parecen mucho a otras enfermedades y que el monóxido genera intoxicación de manera aguda y crónica. Siempre que haya síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, dolor de pecho, convulsiones y/o mareos hay que acercarse a la emergencia del hospital, ya que el tratamiento y seguimiento apropiado por toxicología puede prevenir las complicaciones. Hay intoxicaciones muy graves que pueden traer consecuencias de por vida”.
“Es un gas tóxico incoloro e inodoro por lo que es conocido como el ‘asesino silencioso’”, explicó la Dra. Caterina Henson, Médica Pediatra del Hospital Universitario Austral. Y agregó: “dada estas características, su toxicidad pasa muchas veces inadvertida, pero es importante remarcar que las intoxicaciones son evitables”.
Además, la Dra. Henson aseguró que “la mayoría de los casos de intoxicación por este gas ocurren en invierno, principalmente por utilizar formas inapropiadas de calefacción o por artefactos en mal funcionamiento. En nuestro país ocurren aproximadamente 200 muertes por año”.
“Hay intoxicaciones muy graves que pueden traer consecuencias de por vida”, afirmó la Dra. Torres. Por ello, las especialistas detallaron distintos ítems a tener en cuenta para prevenir este tipo de intoxicación:
- No utilizar artefactos que no sean de tiro balanceado en dormitorios y baños.
- Apagar estufas por la noche y cuando no sean realmente necesarias.
- Nunca usar hornallas de cocina y/o el horno como forma de calefacción.
- Controlar las calderas y los grupos electrógenos.
- Fijarse que la llama esté azul, no de color rojo.
- Verificar que no estén obstruidos los conductos o rejillas de ventilación.
- En lo posible, hacer revisar todos los años -por un gasista matriculado- las estufas, estufas catalíticas, pantallas infrarrojas y salidas al exterior de calefones, termotanques y calefactores de tiro balanceado.
- Instalar detectores de monóxido de carbono.
Contacto:
Dra. Verónica Torres
Médica Toxicóloga del Hospital Universitario Austral
mtorres@cas.austral.edu.ar
Dra. Caterina Henson
Médica Pediatra del Hospital Universitario Austral
chenson@cas.austral.edu.ar