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“Elegimos confiar, aceptar y entregarnos a los planes de Dios”

Martes 11 de abril de 2023

“Mi nombre es Vicky Gourdy, con mi marido Mateo Bosch tenemos 3 hijos: Fermín de 4 años, Emilia de 3 años y Malena de 2 años. 

A Malena le diagnosticaron Leucemia Linfoblástica aguda el 15 de marzo de 2022. 

Hasta ese momento teníamos tres hijos sanos y arrancábamos un año con muchos planes y proyectos. Planes que automáticamente quedan a un lado cuando te enterás que tu hija tiene cáncer. En ese mismo instante tu vida cambia por completo. Porque si hay algo de lo que estoy segura es que cuando el cáncer atraviesa tu vida, deja cicatrices y aprendizajes que perduran para siempre.

No hay palabras para describir la intensidad y magnitud del tratamiento. Te agota, te consume, tanto física y sobre todo mentalmente. Te atraviesa completamente, no solo al paciente, sino también a su familia.

Alguien me dijo los primeros días de internación: ‘Lo que pasa es lo que tiene que pasar y punto, de vos depende cómo elegir vivirlo y transitarlo‘. Fueron las palabras que me hicieron reaccionar y elegir cómo vivir la enfermedad de Male. 

Elegimos abrazar el dolor y el sufrimiento para transformarlo en aprendizaje y amor, intentando vivir el cáncer de Male como una gran oportunidad. Sobre todo, como una oportunidad para salir al encuentro del otro y así hacerlo más ameno.

Definitivamente las alegrías si se comparten se multiplican y las tristezas se alivian. De esta forma no perdemos tiempo ni energías buscando entender por qué nos pasa esto y en su lugar elegimos confiar, aceptar y entregarnos a los planes de Dios. Creo que esa confianza y adhesión plena fueron la clave para transitarlo con una paz y una fortaleza que ni nosotros conocíamos que teníamos.

Durante todo este tiempo nos propusimos disfrutarlo y vivirlo con alegría, intentando llenar este difícil momento con muchos recuerdos alegres. Festejamos los 100, los 200 y los 300 días desde el diagnóstico, también nuestros cumpleaños, el Día Internacional del Cáncer Infantil, repartimos rosarios, caramelos y chocolates. Con ingenio y creatividad fuimos buscando alternativas para entretenernos y nos hicimos amigos en el Hospital. 

Así fuimos generando tantos momentos y recuerdos en este Hospital que, definitivamente, se convirtió en nuestra segunda casa. También fuimos borrando los fantasmas y miedo a lo desconocido, para ir involucrando a Fermín y a Emilia desde su niñez en todo esto que nos toca transitar. Esa es la mejor forma que encontramos para nuestra familia.

En fin, 347 días de mucho esfuerzo, de tristezas y alegrías, pero sobre todo, ¡de mucha fe!

El orgullo que tendremos cuando Male pueda decir ‘YO SUPERÉ EL CÁNCER‘ va a ser inmenso, indescriptible.

¡Confiamos en que podremos, y visualizamos ese final que tanto anhelamos, y que ya llegará!

 

¡VAMOS MALENITA!

 

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