«Ser médico es aprender a ayudar. Es poder dar un consejo desde el conocimiento. Es mirar a los ojos y entender.

Cada médico hace su camino, lo que nos iguala a todos es la felicidad de poder dar lo que el otro necesita.

Me acuerdo cuando entré en una sala del Hospital de Niños de La Plata y me di cuenta de que quería ser pediatra.

Cada día me alegro de haber elegido esta profesión cuando descubro la sonrisa de quien sana o la mirada de quien aun nos necesita.

Ser médica me trajo hasta el Hospital Universitario Austral, hoy mi segunda casa.

Un hospital lleno de oportunidades y personas valiosas.

Sigo enamorada de los niños, de su inocencia y su manera particular de llegarnos al corazón.

Ser médico, ser pediatra: una forma de vida que vuelvo a elegir».

Dra. Paola Soto, jefa de Emergencias Pediátricas.

«Ingresar a este Hospital significó tener la oportunidad de desarrollar un proyecto médico universitario, donde pude integrar el trabajo asistencial con la docencia y la investigación clínica. He tenido grandes maestros que me han acompañado en el desarrollo de mi vida profesional y hoy trato de transmitir dichos valores a las nuevas generaciones de médicos.

La palabra ‘médico’ proviene del latín ‘medicus’, palabra que deriva del verbo ‘medeor’ (cuidar). Otras palabras relacionadas que se derivan son ‘meditari’ (meditar) o ‘remedium’ (remedio). Por lo tanto, desde el punto etimológico detrás del término ‘med’ se enconden las palabras ‘medir’, ‘pensar’, ‘cuidar’. El médico es alguien que cuida, medita y remedia. De ninguna manera es simplemente curar la enfermedad, es cuidar tanto al paciente enfermo como al paciente sano en su entorno. Podemos ayudar a curar a veces, aliviar a menudo y consolar siempre. Es el balance armónico entre el ‘tekné’ (la técnica, las habilidades, la tecnología, el conocimiento) y el ‘medeo’ (actitud con la que se cuida a la persona). Es necesario un conocimiento amplio en lo humano que transcienda la mera biología. ‘El que sólo medicina sabe, ni de medicina sabe’, profesa el dicho. No se puede ser buen médico si se desconoce la enfermedad. Pero si se desconoce al paciente, ni siquiera se es médico. Sigamos celebrando el Día del Médico con el orgullo de serlo y el convencimiento de la importancia de nuestro rol junto al equipo de salud».

Dr. Sergio Baratta, jefe de Cardiología.

¡Gracias nuestros médicos y médicas por brindar su vocación tan valiosa a la comunidad!