+54 (230) 438-8888

Patologías y tratamientos

Insuficiencia renal

Descripción

La insuficiencia renal (o fallo renal) es la condición en la cual los riñones dejan de funcionar correctamente. Fisiológicamente, se describe como una disminución en la filtración de la sangre (tasa de filtración glomerular -TFG). Clínicamente, esto se manifiesta en una creatinina del suero elevada. La insuficiencia renal se puede dividir ampliamente en dos categorías, insuficiencia renal crónica e insuficiencia renal aguda.

Cada día los riñones procesan alrededor de 200 litros de sangre. La depuran, ajustan su composición química a la adecuada para mantenerse sano, sintetizan y procesan hormonas, contribuyen a controlar la presión arterial, la producción de glóbulos rojos, la salud de los huesos, etc. Los riñones son el filtro natural de la sangre en el organismo, y los desechos son eliminados por la orina.

La insuficiencia renal crónica (IRC) o enfermedad renal crónica, es una condición irreversible en la cual la función de los riñones se va deteriorando en el tiempo. En las etapas iniciales, puede que no haya ningún síntoma. Esta enfermedad evoluciona en tiempo variable hacia un estado denominado insuficiencia renal avanzada, en ese momento el paciente requiere de una terapia sustituta para sobrevivir, ya sea la diálisis o el trasplante.

La diabetes y la hipertensión arterial son las dos causas más comunes de IRC y son responsables de la mayoría de los casos. Pero muchas otras enfermedades y afecciones pueden dañar los riñones, incluyendo:

  • Problemas con las arterias que llegan a los riñones o que están dentro de estos.
  • Glomerulonefritis.
  • Infección y cálculos renales.
  • Anomalías congénitas de los riñones (como la poliquistosis renal).
  • Algunos analgésicos y otros fármacos.
  • Ciertos químicos tóxicos.
  • Trastornos autoinmunitarios (como lupus eritematoso sistémico y esclerodermia).
  • Lesión o traumatismo.
  • Nefropatía por reflujo (en la cual los riñones se dañan por el flujo retrógrado de orina hacia ellos).
  • Otras enfermedades del riñón.

La enfermedad renal crónica lleva a una acumulación de líquido y productos de desecho en el cuerpo. Esta enfermedad afecta a la mayoría de funciones y sistemas corporales, incluyendo la producción de glóbulos rojos, el control de la presión arterial, la vitamina D y la salud de los huesos.

Por otra parte, la insuficiencia renal aguda (IRA) es la pérdida repentina de la capacidad de los riñones para eliminar los residuos y concentrar la orina sin perder electrolitos.
Existen numerosas causas posibles de daño a los riñones, entre ellas:

  • Obstrucción de las vías urinarias.
  • Necrosis tubular.
  • Infecciones que causan lesión directamente al riñón como pielonefritis aguda o septicemia
  • Enfermedad renal autoinmunitaria (como síndrome nefrítico agudo o nefritis intersticial).
  • Disminución del flujo sanguíneo debido a presión arterial muy baja, lo cual puede resultar de quemaduras, deshidratación, hemorragia, lesión, shock séptico, enfermedad grave o cirugía, entre otros.
  • Trastornos que causan coagulación dentro de los vasos sanguíneos del riñón, como el síndrome urémico hemolítico, púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), hipertensión maligna, reacción a transfusión, esclerodermia, etc.
  • Complicaciones del embarazo (desprendimiento prematuro de placenta, placenta previa, etc).

Síntomas

En la IRC los síntomas pueden incluir:

  • Sensación de malestar general y fatiga.
  • Picazón generalizada.
  • Dolor de cabeza.
  • Pérdida de peso sin tratar de hacerlo.
  • Inapetencia.
  • Náuseas.

También se pueden presentar otros síntomas, como:

  • Piel anormalmente oscura o clara.
  • Dolor óseo.
  • Síntomas del sistema nervioso y del cerebro (somnolencia y confusión, problemas para concentrarse o pensar, entumecimiento en las manos, los pies u otras áreas o calambres).
  • Mal aliento.
  • Susceptibilidad a hematomas o sangrado o sangre en las heces.
  • Sed excesiva.
  • Hipos frecuentes.
  • Bajo nivel de interés sexual e impotencia.
  • Cesación de los períodos menstruales.
  • Problemas de sueño como insomnio, síndrome de las piernas inquietas o apnea obstructiva del sueño.
  • Hinchazón de pies y manos.
  • Vómitos, típicamente en la mañana.

En la IRA los síntomas pueden abarcar:

  • Heces con sangre.
  • Cambios en la micción (disminución de la cantidad de orina, micción excesiva durante la noche o suspensión de la micción por completo).
  • Mal aliento.
  • Tendencia a la formación de hematomas.
  • Cambios en el estado mental o en el estado de ánimo.
  • Inapetencia.
  • Disminución en la sensibilidad, especialmente en las manos o en los pies.
  • Fatiga.
  • Dolor de costado (entre las costillas y las caderas).
  • Temblor en la mano.
  • Hipertensión arterial.
  • Sabor metálico en la boca.
  • Náuseas o vómitos que pueden durar días.
  • Hemorragia nasal.
  • Hipo persistente.
  • Sangrado prolongado.
  • Crisis epiléptica.
  • Movimientos letárgicos y lentos.
  • Hinchazón generalizada por retención de líquidos.
  • Hinchazón de tobillos, pies y piernas.

Prevención y tratamiento

Las enfermedades renales son asesinos silenciosos, que a través del tiempo afectan la calidad de vida. Existen sin embargo varias maneras de reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del riñón:

  • Mantenerse en forma y activo.
  • Mantener el control regular del nivel de azúcar en la sangre.
  • Controlar la presión arterial.
  • Comer saludable y mantener el peso bajo control.
  • No fumar.
  • No tomar medicación sin indicación médica.
  • Controlar la función renal mediante análisis, si se tiene uno o más de los de los factores de «alto riesgo».
  • Consumir comidas bajas en grasa y colesterol.

Si se padece enfermedad renal crónica, siempre consultar con el nefrólogo antes de tomar cualquier medicamento de venta libre, vitamina o suplemento herbario.

El control de la presión arterial, el azúcar en sangre y el tratamiento de la enfermedad original, siempre que sea factible, son los amplios principios de dirección para tratar las complicaciones renales.

Otros tratamientos pueden abarcar:

  • Medicamentos especiales llamados enlaces de fosfato, para ayudar a evitar que los niveles de fósforo se vuelvan demasiado altos.
  • Tratamiento para la anemia, como hierro extra en la alimentación, comprimidos de hierro, inyecciones especiales de un medicamento llamado eritropoyetina y transfusiones de sangre.
  • Calcio y vitamina D extra.
  • El médico puede indicar cambios en la dieta como limitar la ingesta de líquidos, una dieta baja en proteínas, restringir la sal, el potasio, el fósforo y otros electrolitos, etc. Es importante obtener suficientes calorías si se está bajando de peso.

Hay diferentes tratamientos disponibles para los problemas con el sueño o el síndrome de la pierna inquieta. Además, los pacientes IRC deben mantener al día las vacunas importantes como:

  • Vacuna antineumocócica de polisacáridos (PPV, por sus siglas en inglés).
  • Vacuna antigripal.
  • Vacuna contra el H1N1.
  • Vacuna contra la hepatitis B.
  • Vacuna contra la hepatitis A.

Cuando la pérdida de la función renal se vuelva más severa, es necesario prepararse para diálisis o un trasplante de riñón.

En general, la insuficiencia renal aguda es un enfermedad que puede prevenirse siendo sus factores de riesgo la diabetes mellitus, la insuficiencia renal crónica, la insuficiencia cardíaca, y la edad avanzada. Muchos medicamentos son lesivos para el riñón. La forma de dosificación puede ayudar a prevenirla.

En la IRA, una vez que se encuentra la causa, el objetivo del tratamiento es restaurar la función del riñón y evitar que el líquido y los residuos se acumulen en el cuerpo, mientras los riñones sanan. Todos los pacientes con IRA que acuden a la Unidad de Urgencias requieren ingreso hospitalario

La cantidad de líquido que se toma (como las sopas) se limitarán a la cantidad de orina que pueda producir. Se indicará una dieta para reducir la acumulación de toxinas normalmente manejadas por los riñones: rica en carbohidratos y baja en proteínas, sal y potasio.

Es posible que se necesiten antibióticos para tratar o prevenir infecciones. Los diuréticos se pueden emplear para ayudar a los riñones a eliminar líquidos.

El calcio, la glucosa/insulina o el potasio se administrarán por vía intravenosa para ayudar a evitar los incrementos peligrosos en los niveles de potasio en la sangre.

Se puede necesitar diálisis. No siempre es necesaria, pero puede salvar la vida si los niveles de potasio están peligrosamente elevados. La diálisis también se utilizará si el estado mental cambia, si se deja de orinar, si se desarrolla pericarditis, si se retiene demasiado líquido o no se puede eliminar los productos de desecho nitrogenados del cuerpo.

Las enfermedades renales son comunes, riesgosas y tratables. Es por eso que los profesionales hacen énfasis en dos puntos: la prevención y la detección precoz

Fuentes: Organización Panamericana de la Salud, Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Fundación Nemours, Fundación Argentina contra la Anemia, Facultad de Medicina (UNNE), Asociación Solidaria de Insuficientes Renales, Sociedad Argentina de Nefrología, Asociación Regional de Diálisis y Trasplantes Renales de Capital Federal y Provincia de Buenos Aires.

Solicitar turno

La atención del Austral en un
Plan de Salud a tu medida

Más información...

Asesorate sobre el Plan de Salud