Pasaron más de cinco meses de cuarentena y las enfermedades crónicas nos exigen volver a cuidarnos. La gran adherencia de la población a las medidas de aislamiento social, producto de la pandemia del coronavirus, hizo que se dejaran de hacer los controles de salud habituales y los chequeos de enfermedades crónicas preexistentes.
En la Argentina, las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 73,4% de las muertes. De acuerdo a la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, las principales causas de muerte son las enfermedades del corazón (39,3%), seguidas por los tumores (25,6%), patologías sobre las cuales se pueden aplicar medidas preventivas.
La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo puso en evidencia que el 61.6% de la población argentina tiene obesidad o sobrepeso, el 34% presenta hipertensión arterial, el 29% tiene colesterol elevado en sangre, un 22.2% es tabaquista, un 13.3% consume alcohol en forma regular y el 12.7% padece diabetes. En sus múltiples combinaciones, se trata de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Si tenemos en cuenta que solo en la Argentina el número de habitantes es 45 millones, las cifras son alarmantes.
En este tiempo, las consultas de control de las enfermedades crónicas no transmisibles disminuyeron entre un 50 y un 80%, y eso nos hace pensar que la morbimortalidad por estas causas podría aumentar. Pero también, en medio de la pandemia, surgió una nueva forma de atención con el médico: la teleconsulta, como parte de la telemedicina.
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Como beneficio uno puede atenderse con su médico y sin salir de su hogar, con los cuidados que esto supone durante la pandemia, brindando accesibilidad para quiénes, por cuestiones de horarios, tiempo o lejanía, no pueden acceder al sistema de salud en forma presencial. Sin embargo, no se puede realizar un examen físico por este medio, por eso su médico sugerirá una consulta presencial según considere necesario.
En la teleconsulta se pueden tratar todo tipo de enfermedades, sean agudas o crónicas. Es útil, además, para descomprimir el sistema de salud con la realización de recetas, ver estudios de seguimiento, evacuar dudas sobre medicaciones o síntomas, hacer tratamiento de enfermedades relacionadas con la salud mental o física y resolver urgencias. Será el medico quien recomiende la necesidad de una consulta presencial para completar la evaluación.
Creemos que es una forma de cortar la brecha de demora en los turnos y disminuir los tiempos de espera para la consulta, potenciar el seguimiento médico del paciente y aumentar la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Es una nueva herramienta en la medicina ambulatoria que, afortunadamente, llegó para quedarse. Es hora de volver a cuidarnos y, esta vez, la tecnología nos invita a volver a la consulta médica.
Dra. María de los Milagros Venzano
Servicio de Medicina General Ambulatoria
Hospital Universitario Austral