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La hernia umbilical del niño se ve como un bulto que sale del ombligo, generalmente no duelen y la mayoría de ellas no causan ningún problema. Se debe a una falta de aproximación de los músculos rectos mayores del abdomen tras la reintegración del asa intestinal. La cobertura cutánea es normal. La tendencia es que el anillo umbilical por el que protruye la hernia cierre espontáneamente en los dos primeros años de vida, o incluso más tarde.

Si la hernia no desaparece entonces o causa problemas, se indica la cirugía.

¿Cuáles son las causas por las que se genera una hernia umbilical?

Una hernia es una parte del intestino que atraviesa la pared muscular que mantiene los intestinos en su sitio. En una hernia umbilical, la abertura se encuentra en el centro del ombligo, en una parte de la pared abdominal llamada «anillo umbilical».

El anillo umbilical es un músculo que se encuentra alrededor del ombligo. Durante el embarazo, el cordón umbilical pasa a través del anillo umbilical para aportar sangre y nutrientes al bebé en proceso de desarrollo.

El anillo umbilical se debe cerrar poco después de que nazca el bebé. Pero, si no se cierra, los intestinos se pueden proyectar hacia afuera a través de el. Esto puede provocar un bulto cerca del ombligo, sobre todo cuando el bebé llora, tose o hace esfuerzos.

Epidemiología

Esla patología umbilical más frecuente en lactantes.

Se observa en el 10 % de todos los recién nacidos normales y con mayor frecuencia en niños con nacimiento pretérmino, con síndrome de Down, con hipotiroidismo, etc.

Manifestaciones clínicas

Por lo general, son asintomáticas. El principal signo, es un bulto visible debajo de la piel en la zona del ombligo.

La hernia puede crecer o disminuir de tamaño:

  • Puede aumentar de tamaño cuando el niño hace algo que crea presión dentro del vientre, como ponerse de pie, llorar, toser o esforzarse para defecar.
  • Se puede reducir cuando el niño se acuesta o se tranquiliza.

Con muy baja frecuencia, el intestino se queda atrapado (encarcelado) en la abertura. La encarcelación interrumpe a veces el aporte de sangre al intestino (estrangulación), lo cual es peligroso.

Diagnóstico

Se realiza a través del examen físico, al observar y palpar un bulto o hinchazón que se proyecta hacia fuera en la zona del ombligo.

Eventualmente puede realizarse una ecografía que nos brinda información acerca de la medida del anillo umbilical, pero no es estrictamente necesaria para su diagnóstico y eventual tratamiento.

Tratamiento

Esta indicada la resolución quirúrgica sí:

  • La hernia no se cierra pasados los 2 años de vida.
  • La hernia se encarcera o se atasca (no se puede reducir).

¿Cómo es la cirugía?

El procedimiento es de realización muy frecuente, de carácter ambulatorio y con recuperación posterior breve.

La cirugía se lleva a cabo en un quirófano, se anestesia al niño para que se quede dormido a lo largo de todo el procedimiento y no sienta ningún dolor. Se realiza una pequeña incisión (corte) en la piel, se busca y cierra el orifico o el punto débil del músculo abdominal con puntos, sutura de la herida con puntos absorbibles que desaparecen al cabo de 10 a 20 días.

A veces los niños necesitan someterse a una operación urgente cuando la hernia no es reducible. Esto significa que está atascada o encarcelada dentro de la pared muscular, lo que podría dañar los intestinos.

Preguntas frecuentes

  • ¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene una hernia umbilical?​​

​​El signo más común de una hernia umbilical es un abultamiento del ombligo. Por lo general, el bulto va y viene. Puede hacerse grande cuando tu hijo hace un esfuerzo o llora. Cuando el niño se relaja, el bulto puede desaparecer. A veces, el bulto puede estirar la piel a medida que la hernia aumenta de tamaño.

 

  • ¿La hernia umbilical es perjudicial?

La mayoría de las veces, las hernias umbilicales no causan ningún problema. En casos muy poco comunes, los órganos del interior del vientre quedan atrapados («presos») dentro del saco herniario. Esto hace que el bulto esté presente incluso cuando el niño está tranquilo.

Es aún más raro que el flujo sanguíneo de los órganos atrapados dentro del saco herniario se vea reducido («estrangulado»). Si esto ocurre, es probable que tu hijo sienta un fuerte dolor. El ombligo puede ser muy sensible al tacto. El bulto del ombligo también puede verse rojo. El niño puede tener fiebre, vomitar o negarse a comer. Si esto ocurre, debés llevarlo a Emergencias a la brevedad.

 

  • ¿Es necesario hacer alguna prueba para ver si mi hijo tiene una hernia umbilical?

Excepcionalmente, se puede pedir una ecografía para ver si hay una hernia o para ver si hay órganos del vientre atrapados dentro de la hernia. La ecografía es una prueba que se utiliza para observar los órganos que se encuentran debajo de la piel y no daña a tu hijo.

 

  • ¿Cómo se trata una hernia umbilical?

La mayoría de las hernias umbilicales (alrededor del 90 %) se cierran solas cuando los niños tienen 2-3 años y no es necesario hacer nada. El tamaño del orificio en el músculo (y no la distancia que sobresale la hernia) es un mejor indicador de si la hernia se cerrará por sí sola. Dado que la mayoría de las hernias umbilicales no causan problemas, es seguro esperar hasta que tu hijo tenga 2-3 años antes de pensar en operarlo. Si no se cierra por sí sola, la cirugía es lo único que arreglará una hernia umbilical. Las fajas, monedas, cintas  y otras cosas que se hacen para sujetar la hernia no funcionan y pueden empeorar la hernia o dañar la piel.

 

  • ¿Qué problemas podría tener mi hijo debido a una hernia umbilical?

Después de la cirugía, la mayoría de los niños no tienen problemas. Excepcionalmente, la hernia puede volver a aparecer y es posible que vuelva a ver un bulto en el ombligo. Si esto ocurre, tendrás que volver a ver al cirujano de tu hijo.

 

  • ¿En qué casos debería llamar al médico?

• Si la hernia aumenta de tamaño, parece haberse hinchado o está dura.

• Si la hernia sobresale cuando tu hijo está durmiendo, tranquilo o acostado boca arriba y no podés desplazar la hernia hacia adentro cuando la empujás.

• Si tu hijo está muy inquieto o irritable y parece tener dolor.

•  Si al niño le duele cuando le tocás la hernia.

• Si la piel que cubre la hernia está roja o parece estar más oscura que de costumbre.

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